Sustancialidad relata la necesidad que tiene el ser de interactuar con la naturaleza, y viceversa, donde los sentidos y los elementos se integran para vivir y contar la experiencia del ser. Como dijo Le Breton: “El individuo sólo toma conciencia de sí a través del sentir, experimenta su existencia mediante las resonancias sensoriales y perceptivas que no dejan de atravesarlo (2007)”. Algunos sentidos se lograron articular con la tierra, el agua, el fuego y el aire, y otros fueron explicados desde las experiencias que compartimos como sujetos.
Así, los seres humanos no solo tenemos la capacidad de habitar espacios geográficos, sino también de aceptar nuestro cuerpo como territorio en construcción constante, lo que nos permite resignificar nuevos lugares que se acompañan de la producción de sentido.
Nuestro primer autor es Baruch Spinoza. Dentro de su obra más notable, Ética, expone sus postulados sobre la naturaleza de Dios, la mente, un tipo de esclavitud humana frente a las emociones, el orden natural que damos los humanos a las cosas, la libertad y el camino que va transcitando el humano para obtener la felicidad. En la expansión de su pensamiento sobre la mente y el humano frente a sus emociones, llega a los sentidos. Para Spinoza representan hechos, objetos y experiencias “de forma mutilada, confusa y sin orden al entendimiento; y por eso he solido calificar tales percepciones de conocimiento por experiencia vaga […] A partir de signos, como, por ejemplo, que al oír o leer ciertas palabras, recordamos las cosas y formamos de ellas algunas ideas semejantes a aquellas con que solemos imaginarlas […] A estos dos modos de contemplar las cosas los llamaré en adelante conocimiento de primer género, opinión o imaginación” (2000). Es decir, que para Spinoza, los sentidos le dan a los humanos cuenta de ciertos signos en el mundo; y clasifica a los sentidos como la imaginación; por lo tanto, este no es ni falso ni verdadero a menos que recaiga un juicio sobre él.
A partir de lo anterior, pensamos nuestra galería fotográfica, a pesar de la construcción que teníamos desde niñxs sobre los sentidos, hemos decidido re significarla junto con los elementos de la naturaleza: agua, aire, fuego y tierra. Unos sentidos logramos articularlos con dichos elementos y otros fueron explicados desde las experiencias que compartimos como sujetos.
La percepción no fue falsa o verdadera, obtuvo un juicio y a partir de allí, trabajamos nuestra unión con el exterior y nosotros mismos; se añade a esto, los imaginarios que comprenden a la curaduría de la exposición fotográfica.
Sumado a lo anterior, tenemos la visión de Merleau Ponty, que dice lo siguiente en Fenomenología de la percepción: “Lo visible es aquello que se capta con los ojos, lo sensible aquello que se capta por medio de los sentidos” (1993). Aquí se llega a uno de los puntos más controversiales de la filosofía: el ser. Los sentidos del ser pueden darse a través de los sentidos corporales y estos hacen el mundo, ese mundo que experimentamos y construimos día a día.
Así, se logran ver en nuestras fotografías los sentidos del ser de cada uno de nosotros. Con lo corpóreo somos capaces de representar lo abstracto o como bien llama Spinoza, la imaginación.
Por último, queremos rescatar una gran frase de Le Breton en su libro El sabor del mundo, en esta obra desarrolla una antropología de los sentidos, y dentro de la introducción suelta premisas que validan como “El individuo sólo toma conciencia de sí a través del sentir, experimenta su existencia mediante las resonancias sensoriales y perceptivas que no dejan de atravesarlo” (2007). Esto enmarca a la perfección lo que hemos querido exponer a través de los sentidos, porque el ser no está alejado de su condición corpórea, ya que, de esta manera logra conocerse y conocer su entorno, descubrirlo.
La construcción de la galería de fotos se dio por un consenso realizado entre el grupo 2 y 4, donde establecimos que una de las mejores formas de explicar el habitar del cuerpo era relacionarlo con la necesidad de comprender e interiorizar los elementos de la naturaleza y su afectación en nuestra cotidianidad a través de los sentidos. Así, entre todos generamos los conceptos de cada fotografía, para luego hacer la división de las mismas entre cada integrante y se establecieron las fechas de entrega.
A partir de lo anterior, se obtuvo esta serie que logra atrapar al espectador gracias a su esencia casera, basada en una propuesta estética que buscaba demostrar el impacto de la naturaleza en nuestros cuerpos.
La realización de este producto creativo fue muy enriquecedora, pues nos permitió ser más conscientes de la exploración de los sentidos en otros territorios.
Trabajo realizado por: Juan José Prieto Padua, Nicole Andrea Vargas, Wilson Aponte, Angie Valentina Bernal , Anguie Valentina Montoya, Stefany Fuelantala, Natalia Beltrán García